¿Y tú, cómo viajas en moto?

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En algunos medios de transporte puedes elegir cómo viajar. Puedes ir en primera clase, en segunda, clase turista…, todo depende de las comodidades que busques y de lo que estés dispuesto a pagar.

En la moto sucede lo mismo. Dependiendo de tu presupuesto, de la moto que tengas o de las comodidades que busques o de las que puedas prescindir, optarás por una u otra forma de viajar. 

Cuando comencé a viajar en moto tenía más ilusión que medios, pero disponía de más tiempo que ahora. Mi forma de viajar era utilizando lo que tenía a mi alcance, una Honda XL 125, una tienda canadiense de seis plazas, un saco de dormir y alguna manta que usaba como esterilla. Con eso y la ropa que pudiese llevar en una mochila tenía todo lo que me hacía falta.

Bueno, además de todo eso llevaba un pequeño hornillo de gas y un cazo para prepararme algo de comer donde fuese. Se puede decir que era autosuficiente.

Cuando viajaba así pensaba en lo cómodo que debía de ser ir de hotel en lugar de ir de camping. No tendría que llevar tantas cosas. Ni tienda, ni saco…, solo una mochila con ropa y ya está.

Ahora viajo de esta última forma. Vamos mi mujer y yo con nuestra Pan European, con el equipaje ordenado y guardado en las maletas. Vamos a hoteles o casas de turismo rural y todo es más cómodo, pero echo de menos el tiempo que tenía antes y ese punto de aventura que da ir de camping con la moto sin saber dónde vas a pasar la noche.

Reflexionando en esto veo que hay diferentes modos de viajar y cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Voy a repasar las diferentes formas en que he hecho viajes y ver lo bueno y lo malo de cada manera.

Mi primer viaje largo.

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Lagos de Covadonga en 1989. Casi no me quedaba sitio en la moto para mi.

El primer viaje largo fue con mi XL. Salí de Utebo y fui a San Sebastián. Allí comencé a recorrer toda la costa cantábrica hasta Galicia y volví a casa veinte días después atravesando casi toda Castilla León.

Lo único que llevaba impermeable era una chaqueta y una bolsa de basura grande para que no se me mojase el equipaje en caso de lluvia. Menos mal que no llovió.

Lo único que tenía planeado era recorrer toda la costa lo más cerca posible del mar. Por lo demás, comía donde se hacía la hora de comer. Me hacía la comida yo con el hornillo y todos los días lo mismo, macarrones para comer y sopa de sobre para cenar. Los veinte días. Dormía en camping si encontraba uno cuando atardecía, si no de acampada libre y el resto del tiempo lo empleaba en recorrer y ver sitios increíbles.

En esta ocasión fui yo solo, cosa que me sirvió para conocer gente. Tenía por entonces unos 18 años. Yo me creía mayor, pero por lo visto despertaba la compasión de familias que viajaban con sus hijos y más de una vez me invitaban a comer con ellos.

Disfruté mucho en aquel viaje. No me importaba la comida ni el alojamiento. Lo único que pensaba era en que molaría tener una moto más grande y no tener que ir con aquella con puntas de velocidad de 90 km/h y cruceros de 80.

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De camping en Asturias con mi XL y mi tienda de campaña también XL.

Cambié de moto.

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Puerto de Bermeo en 1993.

Cambié de moto, pero no de forma de viajar. Cambié la XL 125 por una GPZ 500 S, ya tenía lo que me faltaba, más potencia y velocidad.

Me seguía gustando viajar por el norte de España, eso no ha cambiado. Me gustaba la velocidad de la nueva moto, especialmente en los tramos de autovía y carretera recta, pero no disfrutaba más que antes con la XL. Al final, de lo que se trata es de viajar en moto y eso gusta sea cual sea la máquina.

Se puede decir que cambió mi modo de viajar, pero solo por el confort de poder llevar cruceros de velocidad más altos y de poder rodar al ritmo de los demás vehículos.

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Con mi primo en el camping La Paz en Asturias. 1993.

Seguía viajando con la tienda canadiense de seis plazas, era lo que tenía. Seguía viajando sin rumbo fijo y haciéndome la comida en el hornillo, ya no solo macarrones, empecé a calentar latas de conserva.

Como ventajas de viajar así encuentro la primera de todas, que me gusta. Viajar con la moto de camping es más barato que ir de hotel, pero si no te gusta no lo repetirás muchas veces. El factor económico es otra ventaja, está claro. También se está más en contacto con la naturaleza, aprendes a desenvolverte, duermes con tu moto al lado y eso te hace sentirte más seguro y en algunos sitios puedes elegir las vistas que vas a tener en tu casa de tela.

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Elegir las vistas de tu casa, una gran ventaja del camping.

El principal inconveniente que encuentro en viajar en moto con todo lo necesario para hacer camping es la lluvia. Si te llueve estando acampado solo puedes estar acurrucado en tu tienda hasta que deje de llover o refugiarte en algún bar. Si te llueve en ruta corres el riesgo de que se te moje todo, tienda, saco, ropa…

En el viaje de las fotos con la GPZ nos llovió desde Santillana del Mar hasta Bilbao torrencialmente, sin parar. Se nos mojó todo. Por suerte en Bilbao pasamos unos días en casa de unos familiares y se pudo secar el equipaje.

Este viaje además lo hice con mi primo. Fuimos los dos en mi moto, lo que dificultó un poco el transportar el equipaje de dos personas. Lo solucionamos con unas alforjas que, desafortunadamente, no eran impermeables.

Nuevo cambio de moto.

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Momento de comenzar un viaje con mi amigo Miguel Ángel en 1994.

Por circunstancias cambié la GPZ por una Vespa 200 que todavía conservo. El cambio no parece muy lógico a primera vista, pero la moto es dura como ninguna y muy cómoda.

Con esta moto seguí haciendo camping y alguna vez fui de hotel, aunque seguía prefiriendo la tienda de campaña, me daba más libertad.

El viaje de las fotos lo hice con mi amigo Miguel Ángel. El con su SR 250 y yo con mi Vespa 200 fuimos de nuevo por Euskadi. Otro día relataré este viaje.

En esta ocasión seguimos con la canadiense de siempre. Los miles de kilómetros que haría la pobre.

También éramos nosotros los cocineros y comíamos en el camping o sobre la marcha. Una vez incluso calentamos un bote de judías blancas arrimándolo al motor de la SR.

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Casi nos cabían las motos dentro de la tienda.

Cargar con mi vieja canadiense ocupaba mucho espacio en la moto, pero una vez montada era muy cómoda.

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Visitamos restaurantes de lujo.

El comer sobre la marcha también tiene sus ventajas. Una comida como la de la foto en la terraza de un restaurante en el Peine de los Vientos habría sido mucho más cara.

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Motos cargadas en el Puerto de Lekeitio en 1994.

El cambio a la Vespa me sirvió para darme cuenta, más aún, de que no es lo más importante con qué moto viajes. Lo que importa es viajar en moto si eso es lo que te gusta.

Vuelvo a 500

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Llegada a Pisa con la GS 500 en 2011.

El principal motivo por el que volví a una moto de 500 fue por poder ir por autovía sin que se me comiesen los coches. Compré una GS 500 con la que por supuesto, también seguí viajando.

Con esta moto si que cambié en algo la forma de viajar, digamos que simplifiqué un poco los viajes. Por ejemplo en el primer viaje a Italia ya comía en restaurante, me alojé alguna noche en hotel y otras en cabañas de madera en camping. Aunque me resistí a dejar la tienda de campaña, me daba seguridad llevarla por si acaso no encontraba sitio donde dormir. Eso si, ya cambié la canadiense por una iglú mas pequeña y llevadera.

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Es importante llevar lo básico como equipaje y ser organizado.

Está claro que la tienda de campaña y el saco de dormir no es lo más cómodo, pero no depende de la comodidad el que pernoctes así. En definitiva depende de lo que te guste.

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Cabaña en el camping Le Moto en Francia. Solo para moteros.

Las cabañas de algunos camping son una opción muy buena. Además. como decía antes, da tranquilidad tener la moto a tu lado mientras duermes. En este viaje estuve en un hotel en Roma. Aconsejado por un taxista dejé la moto en un parking cercano en el que me robaron la gasolina en la única noche que pasó allí. Eso nunca me ha pasado en un camping.

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Interior de la cabaña. Tiene lo básico, pero es muy confortable.

Para mi, las cabañas son una opción muy buena y equilibrada. Tienes la comodidad de una cama, el confort de una habitación y tener la moto a la vista en todo momento. La cabaña de la foto está en el camping Le Moto, un camping solo para moteros al pie de los Alpes en Francia.

Otro cambio de moto y ahora sí, de forma de viajar.

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Viajando con la Pan European.

Cambié la GS 500 por una Pan European, que es con la que viajo ahora. Lo cierto es que la comodidad es mayor en esta moto, pero disfruto tanto como con todas las que he tenido.

Es verdad que casi no te molesta el aire de frente y que llevas el equipaje recogido en las maletas, de forma que cuando paras en algún sitio no llama la atención ningún bulto a los amigos de lo ajeno. Solo por eso ya es más agradable viajar con ella, pero es como lo que decía del camping. O te gusta o no lo harás muchas veces. A mi me encanta viajar con ella, pero lo haría incluso con la Vespa que aún conservo disfrutando lo mismo.

Con la llegada de la Pan European ha llegado también el viajar a dúo con mi mujer. Ahora no hacemos camping en nuestros viajes, al menos con tienda de campaña. A mi me gustaría, pero reconozco que es mucho más cómodo dormir en una cama bajo un techo de verdad.

Otro cambio que he hecho al viajar es que ahora lo hago con reserva de habitación hecha. Me gusta la sensación de no saber dónde voy a comer o a dormir, pero viajando con tu pareja es mejor hacerlo con estos apartados razonablemente asegurados. Además ya no llevamos mi viejo hornillo, vamos a restaurantes o bares, pero a veces echo de menos mi forma de viajar en mis comienzos.

¿Y tú, Como viajas en moto? Deja un comentario y cuenta cómo haces tus viajes. Si te gusta viajar en moto estoy seguro que coincidirás conmigo en que más importante que la moto es el viaje.

Dioni Salavera Villamañán

18 respuestas a “¿Y tú, cómo viajas en moto?

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  1. Muy chulo todo…. pero ahora me daría miedo ir así…. la España de antes no es la de ahora… también está compensado los viajes por la inconsciencia o la ignorancia de los peligros! Yo me da mucho cámguele ….pero 18 años es lo que tiene. El norte de España enamora❤️

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  2. Año 1974, verano
    Lambretta 150 creo!!
    Barcelona-Sagunto-Teruel-Orea
    Incluida multa por llevar tira de color rojo en la base de la matrícula…….
    en setiembre viaje de vuelta..
    En el intermedio fiestas de toda la sierra con las ossa 160, etc
    Ni guantes ni casco ni leches!!!

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  3. Q chulos parecen todos esos viajes moteros!!! Y q bien expresados los sentimientos con cada moto!! Me ha encantado!! Especial mención para el viaje del 94 acompañado de tu amigo Miguel Ángel, q fotos!!! Casi no reconozco a mi marido !!! Jajaja . Un 10 para el blog , de verdad

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  4. Yo pese al tiempo que ha pasado, cuando me puedo permitir hacer un viaje en moto me gusta ir aún a la aventura. Decir que viajo sólo y siempre echo la mochila con la tienda saco y colchón. Que gracias a los decathlon de hoy en día, estos ocupan poco y me permiten hacer una ruta con la posibilidad de buscar, primero un camping, después un bungalow, si me interesa, un hostal, o un hotel con parking. Cualquier forma de pernoctar me sabe bien. Y gracias a las aplicaciones tipo booking y demás, se hace muy fácil asegurarse de tener la noche resuelta. Aunque eso en ocasiones me obligue a retroceder algún kilómetro recorrido. Olvidé mencionar que mis viajes las realizo en una Honda cb500x de 2016. Un motor más que suficiente para una persona y que sus mantenimientos son irrisorios y se pueden hacer en su mayoría en la cochera de casa.

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    1. Me encanta esa forma de viajar. Ir recorriendo y adaptándose uno a lo que encuentra cada día.
      Es cierto que ahora se hace todo más fácil, pero esa esencia de aventura se mantiene.
      Es en realidad la forma de viajar que me gusta y a la que he vuelto.
      Un saludo!

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