
Piensa en una moto, en la que quieras. Seguro que has pensado en una japonesa, alemana, italiana o tal vez americana. Si me apuras, puede que incluso china o coreana.
Lo que ya no es muy probable es que hayas pensado en una moto española. Si, es cierto que hace décadas que la mayoría se dejaron de fabricar, pero conviene recordar que un día tuvimos nuestra propia industria nacional motociclista.

Nuestros padres y abuelos, cuando pensaban en las motos que les robaban el sueño, lo hacían con las marcas que aquí se producían. Cuando las motos convertían en mecánicos a sus propietarios que tenían que llevar un buen surtido de herramientas para afrontar un viaje.
Estoy convencido que la imagen romántica que tenemos del motero como alguien duro, rudo y aguerrido, vestido de cuero negro proviene de aquella época en que las motos no eran tan fiables como hoy en día y había que estar preparado para solucionar cualquier avería en carretera.
Ossa, Sanglas, Bultaco, Derbi, Montesa, y algo menos conocidas, Gimson, Ducson…son marcas míticas que forman parte de nuestra historia y cultura motorista y que nos han traído hasta el momento en el que estamos «moteramente» hablando.

Muchos todavía recuerdan con añoranza cuando pilotaban estas motos, otros recordamos cuando de niños las veíamos e iban despertando ese gusanillo que nos picó y despertó nuestra pasión motera, otros, los moteros de la nueva hornada, apenas las conocen.

Es cierto y, es una pena, que casi todas las marcas españolas desaparecieron por no evolucionar al ritmo de los japoneses en el desarrollo de sus motores. A pesar de que se exportaron mucho a Estados Unidos.

Esto último, curiosamente, fue un motivo más para su muerte. Los fabricantes españoles temían la entrada de las motos japonesas en el mercado español. Sin embargo no contaron con otra amenaza que les acechaba. No se introdujeron primero los japoneses en España, sino en el mercado estadounidense, restando muchísimas ventas a las motos españolas. Esto poco a poco fue ahogando a nuestras marcas.

También el hecho de que mientras en Japón ya fabricaban motores de cuatro cilindros, nuestras marcas seguían atascadas en monocilíndricos o bicilíndricos como mucho y la mayoría de dos tiempos.
Al final, en los años 80 desaparecieron la mayoría. Montesa fue absorbida por Honda, Sanglas por Yamaha y, Ossa y Bultaco cerraron. Derbi duró hasta entrados los dos mil, pero finalmente la adquirió Piaggio y cerró la fábrica española.
Qué diferente sería todo hoy si, como los italianos, hubiésemos apostado por nuestras motos, si las marcas españolas hubiesen invertido en evolucionar sus productos y luchar por mantenerse en el mercado.

Es cierto que las fábricas de motos italianas han ido cambiando de manos, algunas se han arruinado y otras casi. Pero siguen conservando muchas de sus marcas.

Alguna está intentando volver, como Ossa y Bultaco, con motos de trial en colaboración con Gas Gas la primera y con motos eléctricas la segunda. También Torrot está en este último segmento.
Con todo, estas marcas merecen nuestro respeto por lo que han sido y por haber servido a la cultura motera que ahora tenemos. No olvidemos que somos el segundo país de Europa con más motos.

Haríamos bien en rendirles el homenaje que merecen visitando los museos en los que podemos encontrar hoy estas joyas. Seguro que conocerlas nos enriquecerá como moteros.

Te paso los enlaces de algunos de estos museos por si te planteas visitarlos, todos o al menos alguno de ellos. Seguro que te gustan más de lo que pensabas.

Echa un vistazo a los siguientes enlaces y verás.
https://www.mnactec.cat/es/exposicion-detalle/viva-montesa
https://www.museopoliciavasca.eus/es/objeto/sanglas/
https://amp.formulamoto.es/zona-clasicas/2015/09/22/museo-motosoculto-tienda-alimentos/12826.html
https://m.facebook.com/museuderbi/?locale2=es_ES
Dioni Salavera.
Dioni muy chulo este reportaje, como me encantaría probarlas todas.
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