Esta fue una de esas veces en que una idea surgida entre un grupo de amigos no se quedó en el aire. En esta ocasión la idea que salió de una conversación del foro de la asociación Pan European de visitar el museo Ossa de Utebo fue tomando forma.
Con algo más de un mes de antelación comenzaron los preparativos. Concertar la cita con el museo, buscar el restaurante, los menús disponibles, pensar en las opciones para pasar el resto del tiempo… . Poco a poco, conforme íbamos sabiendo quiénes y cuántos íbamos a asistir fuimos concretando y cerrando todo.
Por fin llegó el día y nos juntamos todos en el lugar convenido. En la puerta del hotel Europa de Utebo. Allí se alojaron algunos y otros lo hicieron en el cercano hotel El Águila.
Daba gusto ver la fila que formaban las seis Pan European en la puerta del hotel. Todas perfectamente alineadas y llamando la atención de más de un transeunte. De allí partimos en formación, que poco a poco se fue perdiendo por cuestiones del tráfico, escoltados por la GS 500 de mi hermano.
Poco a poco fuimos llegando al Rincón de la Riojana, el restaurante donde teníamos reservada mesa y menú.
El lugar permitía aparcar todas las motos juntas llamando nuevamente la atención de los que pasaban por allí.
Y es que ciertamente es un bonito espectáculo ver agrupadas nuestras motos, todas iguales.
Mientras las motos esperaban fuera nosotros íbamos comiendo. La comida estuvo muy bien, tanto por la cantidad como por la calidad. Además el trato del personal fue excelente.
Tras la sobremesa llegó el momento de realizar la visita al museo Ossa, el motivo por el cual nos habíamos reunido. Fuimos caminando dada la cercanía desde el restaurante.
Dentro no está permitido realizar fotos, pero contamos con el enlace de la página web del museo para echarle un vistazo.
Allí nos explicó Gabriel cómo la marca Ossa contribuyó a la existencia y desarrollo de Bultaco y Montesa y que en motos de campo era líder a nivel mundial.
Como curiosidad nos contó que Franco ordenó cambiar el anagrama Ossa, que tenía los colores rojo y negro, al que hoy conocemos con el trébol de cuatro hojas. Todo por motivos políticos.
Vimos que la industria motociclista española era la más importante del mundo en los años setenta, pero también cómo no se pudo desarrollar más por la prohibición de Franco para importar los materiales necesarios del extranjero. Esto, junto con la entrada de los japoneses en el mercado estadounidense, imitando las motos españolas y comiéndoles las ventas fue ahogando rápidamente a los fabricantes españoles.
Nos enseñó además los motores Fueraborda Ossa-Soriano, que eran imbatibles en las carreras de lanchas con su sistema de dos hélices que giraban en sentido opuesto.
Todo esto además de los sofisticados proyectores de cine y máquinas de coser. Muy interesante todo ello.
Salimos encantados con las explicaciones de Gabriel, nuestro guía en la visita. Lo siguiente que hicimos al salir de allí fue ir a buscar las motos para hacerles unas fotos en la Plaza de la Iglesia, donde se encuentra la famosa Torre de Utebo.
Fue casi casualidad el que dejásemos las Pan en casi perfecta formación. El caso es que nos quedaron muy bien.
Dime si no cuántas veces se puede contemplar una estampa como esta.
Aquí estuvimos un buen rato conversando y decidiendo qué sería lo próximo que haríamos, que no fue otra cosa que ir a la zona conocida como el Tubo en Zaragoza para tomar unas cervezas y cenar algo. Para esto, responsablemente dejamos las motos aparcadas e hicimos uso del transporte urbano. Allí nos encontramos con Juan Carlos y su amigo Antonio, que llevaban casi tres mil kilómetros de viaje en moto a sus espaldas.
Tras degustar algunas tapas y la oferta culinaria de la zona dimos el día por terminado y nos fuimos a descansar. Para los que vinieron de distintos puntos de origen, como Bilbao, Barcelona, Tarragona, Valencia y Teruel el sábado había sido muy largo.
El domingo por la mañana la mayoría debía volver a casa. Los que quedamos, Bultaco MKII, Berthe, mi hermano, mi mujer y yo, nos fuimos de ruta por el Moncayo.
El día salió espléndido. Por la mañana hizo muy buen tiempo.
Fuimos aproximándonos a la sierra del Moncayo por bonitas y tranquilas carreteras.
Fue un día para disfrutar. Tanto del paisaje como de la compañía.
Llegamos a Vozmediano, localidad en la que paramos a almorzar y pasar un buen rato.
El almuerzo, por cantidad y por lo que nos iba sacando el dueño del bar, más que almuerzo casi fue comida. Huevos con chorizo, torreznos, queso, jamón…
De Vozmediano fuimos a Cascante a ver su chatarrería, donde realizamos la última parada antes de separarnos para emprender el camino de regreso cada uno a su hogar. Desde aquí Bultaco MKII y Berthe siguieron dirección a Bilbao y nosotros a Zaragoza.
Paramos de nuevo cuando ya nos habíamos quedado solos y estuvimos pensando y hablando sobre lo bien que había transcurrido el fin de semana, lo bien que lo pasamos y lo a gusto que estuvimos.
Gracias a todos. Bultaco MKII y Berthe, John Karmann y Monse, Ssensis y Elena, Ximo, Trampas y Toñi, Juan Carlos, Antonio, David y también Torruco y su ciática que no le dejó venir pero nos acordamos de el y de lo que le habría gustado. Vinisteis como compañeros del foro y os marchasteis como amigos. Nos vemos pronto.
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