Hace un par de días me llegó vía WhatsApp el texto que reproduzco a continuación. Es tan bueno que debe ser difundido. Desconozco su autor, pero merece nuestra admiración por recordarnos el gran valor que tienen quienes incondicionalmente nos acompañan en nuestra moto.
Léelo. No tiene desperdicio.
«Supongo que te extrañará que te escriba una carta, sobre todo teniendo en cuenta lo cerca que solemos estar siempre y lo fácil que sería simplemente decirte lo que pienso. Pero eso es algo que nunca hago y no quiero dejar pasar. Es la oportunidad de contarte unas cuantas cosas de las que de vez en cuando, me dan vueltas por la cabeza.
Dices que siempre me estoy quejando, pero debes reconocer que algo de razón tengo. Me quejo cuando te duermes a la vuelta de todos los viajes y me lo haces notar a base de cabezazos en el casco. Cuando te empeñas en meter en las viejas alforjas equipaje como si te fueses para siempre. Cuando tenemos que parar, porque te mueres de hambre o no aguantas más sin entrar al servicio. Cuando en plena tumbada te da por moverte, simplemente, por que te pica el culo. Reconoce que el asiento trasero que tengo que llevar para que tu lindo trasero no sufra en los viajes largos es horroroso. Me quejo, protesto y siempre estoy refunfuñando, pero sabes que algo de razón tengo.
No todo pueden ser quejas, pese a que cada vez que hagas algo mal te lo refiera. También se reconocer las cosas, aunque me cuesta un “huevo” hacerlo con las cosas que haces bien. ¿Cuántas veces decimos con un poco de desprecio la frase: “Ha venido de paquete” ¿Por qué no les damos el valor que realmente se merecen a todos aquellos que normalmente viajan en la parte trasera de nuestras monturas? Creo que cualquiera que haya rodado sobre dos ruedas durante algún tiempo, sabe perfectamente que un buen paquete es en realidad un COPILOTO. ¿Acaso no tumban con nosotros? ¿No trazan las curvas? ¿No pasan frío en invierno y se mojan cuando llueve? ¿Acaso corren menos peligro si te tragas una curva? Pues a pesar de todo esto, aún hay quien se atreve a decir que no son bikers de primera fila, y me hiere.
Tus manos se agarran fuerte a mi cintura y sé que estás ahí, todo va bien. Controlas la gasolina que nos queda, los kilómetros que llevamos, en que cruce deberíamos de girar y cuantas pelas llevamos gastadas en sopa. Conoces tan bien como yo el sonido de nuestra máquina, sus vibraciones, sus necesidades y sus reacciones. Sabes perfectamente cuando le estoy apretando más de la cuenta o cuando entramos en una curva un poco pasados.
¿Cuántas veces me has puesto bien el pañuelo para que no me entre frío en el cuello? ¿Cuántos kilómetros has pasado hablándome al oído por que sabes que estoy cansado? ¿Cuántas horas en la cuneta a mi lado mientras hurgo en las entrañas de la máquina intentando encontrar la estúpida avería que nos ha parado?
Sé que la imagen de siempre es la del piloto solo con su máquina devorando kilómetros, pero yo tengo que reconocer que mi hierro ya no es sólo mío, sino nuestro. Todos esos kilómetros recorridos, esfuerzos económicos y horas de dedicación te han dado derecho a ser protagonista de mi sueño.
Se que hay miles de “paquetes” como tú, casi uno por cada motero. Algunos de ellos lo son por que no tienen más remedio que joderse hasta que consigan su propia máquina. Para ellos mis palabras de ánimo y aliento. Suele ser difícil conseguirla pero siempre vale la pena y, sobre todo, ten en cuenta que mientras más trabajo te ha costado conseguirla más la apreciarás. Pero hay otro número muy importante de paquetes que lo son por gusto. No aspiran a tener otra moto, ya tienen una, aunque sólo les correspondan los cuartos traseros. Y es a ti y a todos estos paquetes a los que hoy quiero mandar mis RÁFAGAS. Gracias por estar ahí. Gracias por ser lo que sois y no dejéis que nadie os quite nunca vuestra categoría de COPILOTOS.»
Después de leer esto seguramente, como yo, dejarás de llamar paquete a quien te acompaña en tus viajes en moto y pasarás a llamarle COPILOTO.
I like it ❤️
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me gusta mucho😎
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me ha encantado que alguien haya escrito lo que llevo años pensando y defendiendo. He sido muchos años copiloto, y si copiloto, NO paquete. Es curioso que el asiento delantero de un coche se le llame asiento del copiloto, cuando si que puedes ir tranquilamente como un paquete, durmiendo, comiendo, descalzo, …..y quién va detrás de una moto se le llame «paquete». En la moto hacía lo que explicas perfectamente, animarle, masajearle el cuello, recordárle que lo moviera de vez en cuando, mirar el GPS, avisarle que por detrás se acercaba un tarado que nos iba a pasar rozando las piernas, ….. y así tantas cosas. Hace un año, me desprendí del miedo al ridículo de sacarme el carnet (mujer y 54 años) y cumplir mi sueño de conducir yo la moto. Ahora llevo yo mi moto y él la suya, y aunque está encantado y feliz de salir los dos, a veces dice que echa de menos esos cuidados, esa sensación al tumbar en la curva, el calor que se siente en invierno (en verano no lo extraña) y esos detalles que a veces por costumbre no se tienen en cuenta. Bravo por quién lo ha escrito y ojalá se considere también motoro/a quién va en el asiento trasero.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Esther por tu comentario.
Es cierto, el copiloto facilita y hace mucho más agradable la ruta. Yo también lo echo de menos cuando voy solo.
Muy buena reflexión la del asiento del coche y, me alegro por tu valentía que te ha convertido en motera desde el asiento delantero. Nos vemos en la carretera. ✌🏻
Me gustaMe gusta
Gracias por tenernos en cuenta ,es una pasada de carta y hay gente que no se le mete en la cabeza😍😍😍
Un saludo de una copiloto
Me gustaLe gusta a 1 persona